¿Por qué hablar de longevidad financiera?
La longevidad financiera se ha convertido en uno de los temas clave de nuestra era. A medida que la esperanza de vida se alarga, el desafío de sostener nuestra economía personal durante más años se vuelve urgente. Según el Instituto Nacional de Estadística, en España ya vivimos en promedio 83,8 años, y muchas personas alcanzarán los 90 o incluso los 100.
Este fenómeno nos obliga a repensar cómo planificamos el futuro. Porque vivir más no solo implica más tiempo, sino también más decisiones, más gastos y la necesidad de una estrategia financiera de largo plazo.
Longevidad y finanzas: una combinación inevitable
Este fenómeno demográfico plantea una necesidad urgente: revisar nuestras estrategias de longevidad financiera. El concepto de “juvenescencia” pone en jaque la vieja creencia de que vivir más equivale a vivir peor. Cada vez más personas logran sumar no solo años, sino también salud, productividad y propósito a su vida. Esta transformación abre nuevas oportunidades para aprender, emprender, disfrutar y tomar decisiones más alineadas con nuestros valores.
¿Estás preparado para financiar 30 años más de vida?
Pero con más tiempo de vida también llegan más responsabilidades económicas. Y la gran pregunta es: ¿estamos preparados financieramente para sostener 20 o 30 años más después de la jubilación? Durante un seminario sobre longevidad organizado por Abante, Paula Satrústegui, socia del área de Asesoramiento Patrimonial, recordó que cuando se creó el sistema público de pensiones hace poco más de un siglo, la esperanza de vida apenas superaba los 40 años. Entonces, solo el 25 % de la población alcanzaba los 65 años y, tras jubilarse, vivía en promedio ocho años más. Hoy, el 90 % llega a los 65 y una cuarta parte vive hasta los 91.
La situación actual refleja un desfase evidente. El sistema de Seguridad Social no ha evolucionado al mismo ritmo que la esperanza de vida. Como consecuencia, las pensiones públicas enfrentan una presión insostenible, y los ciudadanos deberán asumir una parte creciente del coste de su retiro. Es decir, los años extra que ganamos gracias a los avances médicos y sociales tienen un precio que debe cubrirse mediante una sólida estrategia de longevidad financiera.
Este nuevo escenario nos obliga a replantearnos nuestras decisiones. Las fórmulas que funcionaron para generaciones anteriores ya no son suficientes. Antes, las personas vivían menos años tras jubilarse, contaban con empleos más estables y con mejores rendimientos de sus inversiones. Hoy, la longevidad exige una planificación proactiva, personalizada y adaptada a cada etapa vital.
Expertos opinan: planificación como herramienta clave
Vivir más no significa simplemente prolongar el tiempo. Significa también tomar más decisiones, asumir nuevos proyectos y hacer frente a mayores gastos. Afortunadamente, disponemos de un mayor margen temporal para diseñar cómo queremos vivir esa etapa. Sin embargo, si no tomamos las riendas, el paso del tiempo y la inercia tomarán decisiones por nosotros.
Durante el mismo seminario, Henar Reguera, socia del área comercial de Abante, señaló que pensar con antelación en los efectos de la longevidad es el primer paso para vivir de forma coherente con nuestras aspiraciones. La clave está en pasar de la preocupación a la acción:
reflexionar sobre nuestro proyecto de vida y diseñar una estrategia financiera que nos permita sostenerlo.
Estrategias clave para tu longevidad financiera
Este ejercicio implica formular preguntas esenciales: ¿cómo queremos vivir después de jubilarnos?, ¿será una etapa de viajes, arte, deporte, voluntariado o apoyo familiar?, ¿cuánto costará ese estilo de vida?, ¿qué nivel de ingresos necesitaremos para mantenerlo?, ¿dependeremos solo de la pensión pública o diseñaremos una estructura de ingresos complementarios?, ¿cómo podemos hacer que nuestro dinero trabaje para nosotros y qué nivel de rentabilidad podemos esperar asumiendo riesgos razonables?
Entre más pronto empecemos a plantearnos estas cuestiones, más sólido será nuestro plan de longevidad financiera.
Como bien dijo Satrústegui, “la longevidad puede ser un regalo o una carga, según las decisiones que tomemos hoy”.
Reguera lo resumió aún más claramente: “solo nos jubilamos una vez; no podemos permitirnos equivocarnos”.
Conclusión: Prepárate hoy para disfrutar mañana
En definitiva, la prolongación de la vida es uno de los fenómenos sociales más importantes de nuestra época. Representa una fuente de nuevas oportunidades, pero también exige un nivel más alto de consciencia y preparación. España camina hacia un futuro en el que muchas personas vivirán más de 90 o incluso 100 años. Aunque ese horizonte parezca lejano, la clave para disfrutarlo con tranquilidad comienza mucho antes, con una planificación financiera enfocada en la longevidad.